En los años 70, Citroën y Maserati tuvieron un acercamiento importante y como fruto de este nació el SM. Este modelo sería considerado el desarrollo del popular Citroën DS, “el tiburón”. Este producto de la unión de ambas marcas contaba con la mejor tecnología de DS, pero con un corazón Maserati, cuya potencia alcanzaba los 170 caballos de fuerza.