Este prototipo urbano de cuatro plazas tiene como principal ventaja la ligereza del coche y, por tanto, su eficiencia.
Como es obvio, Lina es eléctrico y lleva dos motores que envían su fuerza al eje delantero y tres baterías modulares de iones de litio, para una potencia de 7,5 kW (10 CV) y un par máximo de 137 Nm.
Es capaz de alcanzar los 85 km/h, lo que es más que suficiente para la ciudad o ámbito para el que esté diseñado. Lo que llama la atención es su eficiencia. Consume 51,2 Wh/km, por lo que es cuatro veces más eficiente que la mayoría de eléctricos.
¿Sus medidas? Mide 3,5 metros de largo, 1,3 de ancho y casi 1,4 de altura, además pesa 310 kg, sin tener en cuenta el peso de las baterías.
Posee una suspensión McPherson en el eje delantero y de brazo tirado en el trasero. Esta es de los pocos componentes que no son biodegradables, junto a los neumáticos, ya que está fabricada en aluminio. Finalmente, el sistema de frenado porta discos delante y detrás, y los neumáticos tienen medidas 110/80 R16.