Etapa 6: El día que el Dakar se tomó un respiro

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Marc Coma atendiendo a la prensaDebido a las malas condiciones climáticas, el cruce a Chile se hizo en enlace; los pilotos viajaron distendidos y hasta el español Marc Coma habló de fútbol y de Leo Messi.

 

Son imponentes las montañas. Desde arriba, desde abajo. Nadie se resiste a la magnificencia de un paisaje que cambia las referencias desde la majestuosa naturaleza. La caravana del Dakar cruzó la cordillera de los Andes, abandonó la Argentina y se introdujo en el desierto chileno, a través del Paso San Francisco, el camino que modificó la rutina de la competencia debido a las tormentas de nieve y viento que castigaron la zona a más de 4700 metros sobre el nivel del mar. 

El Dakar no contó con la sexta prueba especial, por lo que tanto pilotos, equipos, organizadores, periodistas y todo aquel que integra una ciudad nómade de 3000 habitantes, transitaron por los 660 kilómetros entre Fiambalá y esta ciudad, conocida mundialmente por el encierro de los 33 mineros, hace un año y medio. 

El reglamento establece que ninguno de los competidores, ni tampoco los vehículos involucrados en el Dakar (todos vigilados por sistemas satelitales, como el IriTrack y los GPS) pueden circular a más de 120 km/h, por lo que la mayoría trata de marcar 118 y así no tener problemas. 

Así transitaron todos por un camino encantador. A tal punto que casi todos los pilotos de motos y cuatriciclos se detuvieron frente al espejo de agua de color turquesa, con los picos nevados alrededor, y se sacaron fotos que en el campamento de Copiapó se encargaron de distribuir vía Twitter. Cada piloto lleva un celular (por si se pierden, es otro elemento de auxilio) y las fotos se captaron a través de sus lentes. 

A las 15.10, llegaron las primeras motos. Un movimiento distinto en el campamento de Copiapó, ya que las asistencias arribaban dos o tres horas más tarde. Así, los pilotos estacionaron sus vehículos cerca de la carpa de comida, se sentaron a almorzar y allí aguardaron a sus estructuras. 

El español Marc Coma, ganador tres veces del Dakar y segundo en la clasificación general detrás del francés Cyril Despres (ambos participan con KTM), se quitó la ropa de protección. Tardó más de 15 minutos en quitarse la indumentaria, que pesa más de 5 kilos (ayer llevaba dos camperas, camisetas y calzas de más por el frío de la cumbre). Se sacó una foto con el padre de Chaleco López ("Este es el verdadero Chaleco", le dijo el piloto chileno, por el apodo de su padre) y habló con La Nacion. 

"Viajé muy distendido. Disfrutando de un paisaje que es único. Es un privilegio transitar por este lugar. Un enlace largo cansa, no tanto como una prueba especial. Pero aquí todo suma en un trabajo desgastante", comentó el español Marc Coma, ganador tres veces del Dakar en motos. 

"La verdad es que uno viene pensando en la carrera. Pero también hay tiempo para pensar en la familia, en la casa, en las cosas que han quedado pendientes en el lugar de uno, que son muchas, en Barcelona?", agregó el catalán. 

-¿Vas a la cancha a ver a Barcelona?  

-Esta temporada no pude, por cuestiones de compromisos. Pero me encanta ver al Barça. ¿A quién no? Estamos en un momento formidable. No soy socio, pero tengo dos plateas en el Camp Nou. 

-¿Qué podés decir de Lionel Messi? ¿Lo conoces personalmente?  

-Es un fenómeno. ¿Qué más puedo agregar de él que ya no se haya dicho? Lo conocí un día cuando fui a dar el puntapié inicial de un Barcelona vs. Atlético de Madrid. Fue muy simpático conmigo. 

Tras almorzar todos juntos, llegaron los equipos. Las máquinas, sometidas al cuidado técnico, y los físicos, a la espera del regreso a la acción. El desierto chileno y el calor de Copiapó, en la etapa de hoy, hará olvidar el frío de ayer, aunque las imágenes de un lugar imponente quedarán en el recuerdo de todos. 

 

 

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