Tracklink, en un reciente estudio, evaluó la manera cómo los peruanos manejan a través de la instalación de sistemas de calificación en 3,790 vehículos que han circulado en el Perú por 1 año, señaló que el 82% maneja por debajo del mínimo aceptable con una calificación de 08, en una escala de 20 puntos como nota máxima.
En este contexto, Geoffrey Rivas, responsable de Comunicación de Tracklink, nos explica las posibles 5 personalidades detrás del volante que componen el ecosistema automovilístico peruano.
Agresivo
Son personas que en su día a día pueden ser cordiales y atentos pero una vez que suben a un auto su personalidad de transforma: Mantienen una actitud a la ofensiva, consideran a los otros autos como sus enemigos. No permite que ninguno lo adelante ni cede el paso y para ello se vale de aceleramientos bruscos y frenadas intempestivas. Asimismo, son poco tolerantes y hacen uso indiscriminado del claxon.
Amable
Como su nombre lo indica, es todo lo contrario al conductor agresivo. Se caracteriza principalmente en pensar en los peatones y lo demuestra al ceder el paso y conducir prudentemente para evitar accidentes. En nuestro país, existen muy pocos conductores con esa personalidad, también por la falta de educación vial.
Exagerado
Son aquellos conductores extremadamente precavidos, siempre están pendientes a cualquier anomalía que presenta su auto, conducen a una velocidad demasiado lenta para evitar todo tipo de accidentes y abolladuras a su auto y su comportamiento suele fastidiar a otros conductores.
Amantes de la velocidad
Para este tipo de conductor las pistas son un circuito de rally o de Fórmula 1. En nuestro país abundan este tipo de conductores, se caracterizan por manejar rápido, revolucionan el auto hasta el corte de inyección, derrapan las llantas cuantas veces pueden y cierran de manera inesperada a otros autos pensando que son simples obstáculos. Estos conductores desconocen que sus “destacadas maniobras” pueden generar un accidente múltiple.
Irresponsables
Estos conductores tratan o realizan otras actividades en simultáneo a manejar poniendo en peligro su vida, la de sus pasajeros y peatones: leen diarios, se maquillan, “textean” o chatean, manejan muy cansados o ingieren alcohol. Estos tres últimos, son los más peligrosos porque son los más recurrentes, el conductor cree que tiene el control y, de causar un accidente de tránsito, los resultados pueden ser mortales.
