La originalidad de este vehículo es que puede usar toda su carrocería como área de visualización y, tanto el color como el contenido visualizado, pueden cambiarse a voluntad.
El interior también puede funcionar como área de visualización, y se puede modificar libremente según el estado de ánimo de conductor y pasajeros.
El contenido, como la información de navegación, se unen perfectamente con el interior, gracias al uso de la tecnología de realidad aumentada, que mezcla de imágenes reales con virtuales. Además, existe un "asistente de navegación", que proporciona a los pasajeros información de conducción e indicaciones mediante una interfaz de voz.
Las funciones pensadas para el Fun-Vii no se limitan al interior del vehículo, pues se puede acceder a las mismas de forma remota mediante un smartphone o cualquier otro dispositivo de comunicación móvil.
El Toyota Fun-Vii, de algo más de cuatro metros de longitud, y con capacidad para tres viajeros, se puede comunicar con los vehículos y acceder a las características de las infraestructuras próximas, lo que le permite detectar de otros vehículos potencialmente peligrosos, como los situados en ángulos muertos, aparte de poder conectarse con amigos o conocidos.
