La rueda, que nació en el siglo V A.C. en Mesopotamia, es catalogado como el más grande invento de la humanidad, además, ha determinado el tránsito y evolución de los distintos períodos del hombre en la Tierra.
Inventada hace 7 mil años, la rueda dejó de ser una creación del hombre de la Prehistoria para facilitar la vida del hombre moderno y ser vitrina de las últimas tecnologías. Paradójicamente el inventor de la rueda quedó en el anonimato y sin poder conocer que su descubrimiento fue sustancial para la aparición y evolución de los inventos, industrias y tecnología que llegaría más tarde.
El origen de la rueda consistió en simples tablones de madera resistente, pegados en círculo y con un eje central. El primer uso fue en la alfarería y en los molinos primitivos. Posteriormente, se utilizó en la construcción de los primeros medios de transporte de carga, ya sea jalado por el propio hombre o por animales.
Pasó, además, de ser un simple disco de madera a ser una rueda de radios mucho más ligera y con la que se pudo construir vehículos más rápidos. Por el siglo 1000 A.C., el pueblo Celta incluyó el hierro alrededor de la rueda determinando así una nueva era. La llegada a América fue gracias a los europeos. Ninguna civilización americana conocía la existencia de la rueda, muy a pesar de las grandes obras de ingeniería y redes de comunicación que habían construido.
Continúo girando a lo largo de la historia, sin grandes modificaciones, hasta que en la década de 1880 el veterinario e inventor escocés, John Boyd Dunlop, desarrolló el primer neumático con cámara de aire. Desde ese momento, la rueda quedó en la historia para darle espacio y protagonismo al neumático.
