Han sido pocas las oportunidades en la cual hemos sentido un pequeño mareo en el interior del automóvil cuando este se encontraba en pleno recorrido. Esta situación sucede frecuentemente cuando abordamos un barco, un tren o un avión, sin embargo, también se utiliza la misma determinación para referirnos al mareo en un coche: a esta sensación se le llama cinetosis.
Este efecto tiene comprobación científica y se produce por un desequilibrio entre el sistema visual y el vestibular, relacionado este último sistema al equilibro y el control espacial. En resumen, si los ojos, el oído interno, músculos y articulaciones emiten un tipo información -se podría decir errónea a lo percibido- estática al sistema nervioso central se dará esta sensación de mareo, puesto que a su alrededor habrá movimiento.
El concentrarnos en un determinado objeto o acción hará que omitamos el desplazamiento del vehículo; entonces, cuando volvamos a percibir el movimiento del coche también vamos a volver a recepcionar el sonido emitido en el interior y exterior, lo cual generará un ligero mareo. Añadirle que la sensación aumentará si contamos con una mala ventilación, humos, factores emocionales y mala iluminación.
Las consecuencias, por otro lado, serán vómitos, náuseas y falta de equilibrio, debido a la aceleración y desaceleración del vehículo
