Para Piero Campomanes, nuestro especialista en temas de mecánica y electrónica, en el caso de los carros con transmisión mecánica, el desgaste de los frenos se da más a menudo cuando se realiza una reducción de velocidad repentina (por ejemplo, cuando se dan aceleradas de una cuadra a otra y el frenado es más forzoso).
El desgaste generado se transmite en el mal estado de los discos, las pastillas, las zapatas y los tambores, se ocasiona un desgaste prematuro. “Con respecto a los automáticos, definitivamente, los frenos sufren más que cualquier otra pieza, al no contar con embrague, el frenado depende exclusivamente del freno”.
Campomanes señala que, a su taller, han llegado personas que a los 20 mil kilómetros necesitan reemplazar las pastillas (automáticos), por otro lado, con los mecánicos, puede durar hasta 70 mil km.
