Audi crea un balance ecológico para cada nuevo modelo que evalúa todas las fases de su ciclo de vida. Modelos ligeros y eficientes de la marca son particularmente eficaz durante la fase de operación.
Gracias al know-how en diseño ultra-ligero y tecnología de accionamiento Ecobalance, también conocido como el análisis del ciclo de vida o la evaluación del ciclo de vida (ACV), analiza el impacto ambiental de un producto a lo largo de todo su ciclo de vida. Sirve como una evaluación cuantitativa de los aspectos ecológicos tales como la emisión de gases de efecto invernadero (incluyendo CO₂), consumo de energía, la acidificación o smog de verano. En la recopilación de ecobalances, Audi utiliza un procedimiento estandarizado de acuerdo con la norma ISO 14040.
El público actualmente juzga coches muy fuertemente sobre la base de su consumo de combustible. Audi está mirando más allá y no limitarse a las emisiones de CO₂ que se escapan de los gases de escape durante la conducción. Ahora se centra mucho más en todos los aspectos. Donde las materias primas procedentes de la producción de componentes individuales y cómo se ponen juntos, el flujo de energía en las instalaciones de producción, la fase operativa y reciclaje
Audi paga estricta atención a la sostenibilidad de su producción actividades. Grandes áreas de la azotea de la fábrica están equipadas con instalaciones fotovoltaicas. Una amplia variedad de eficiencia y tecnologías de recuperación de energía se encuentran en operación en las plantas de Ingolstadt y Neckarsulm, con las dos fábricas de hacer un amplio uso de la calefacción urbana. Los trenes de transporte de coches que viajan al puerto de contenedores de Emden funcionar con electricidad producida de manera sostenible y el reciclaje de la compañía ha sido ejemplar durante muchos años todos los Audi es hasta un 95 por ciento reciclable. Fase de uso de un vehículo juega un papel importante en su equilibrio ecológico, contribuyendo alrededor del 80 por ciento de las emisiones globales.
Aquí es donde los puntos fuertes de Audi entrar en su cuenta - diseño ultra-ligero, unidades eficientes y, en el futuro, las fuentes de energía renovables, como los generados por el proyecto e-gas de Audi. Dependiendo de la versión del motor, el nuevo Audi A3 es de hasta 80 kilogramos más ligero que se han reducido hasta en un nueve por ciento (en el 1.4 TFSI) las anteriores emisiones de gases de efecto invernadero y el modelo.
El Audi A6 también ha perdido hasta 80 kilogramos - su carrocería consta de más de 20 por ciento de aluminio. La producción inicial del material liviano requiere más energía que la chapa de acero. Sin embargo, el menor consumo de combustible más que compensa esto después de sólo unos pocos trayectos cortos. Para el A6 quattro 3.0 TDI con cambio S tronic, las emisiones de gases de efecto invernadero en general se han reducido en un 13 por ciento, lo que equivale a siete toneladas menos de CO₂.
Al final de la vida del vehículo, los componentes de aluminio pueden ser reciclados con muy poca energía y sin pérdida de calidad. La ASF (Audi Space Frame) carrocería del A8 ya cuenta con el 38 por ciento de aluminio secundario - un excelente ejemplo de conciencia ambiental diseño ligero de estilo Audi. Carrocerías monolíticas hechas de fibra de carbono reforzado con polímero (CFRP) tienen un balance energético mucho más pobre.