Creo que la suspensión sólo serviría para fortalecer a los extremistas. En mi opinión, para los que estamos intentando hallar una salida a este problema político, tener esta carrera nos permite construir puentes entre las comunidades y hacer que las personas trabajen unidas", afirmó.
El Príncipe heredero cree que el Gran Premio permite a su país reivindicar la nación "como algo positivo, no como algo que divide".
"Somos un país real con problemas reales. No vamos a decir que somos perfectos", admitió el príncipe.
La oposición en Bahréin exige de forma vehemente reformas a la casa real.
Al referirse a la postura del equipo Force India, que renunció a la segunda sesión libre por motivos de seguridad, el Príncipe dijo: "Puedo garantizar que cualquier problema que haya podido suceder no está dirigido contra la F1. Sólo se produce para demostrar que ahí fuera hay gente dedicada a causar el caos".
En 2011, la carrera fue anulada poco antes de celebrarse por los sangrientos disturbios que se produjeron en el país. Este año, pese a las fuertes críticas, la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) insistió en disputar la prueba.
"Realmente pienso que esta carrera puede tener un efecto bueno. Une a mucha gente diferente bajo el paraguas de la Fórmula 1", dijo el heredero.