Frenos de disco y frenos de tambor
Frenos

Diferencias entre el freno de tambor y de disco

Actualmente, los automóviles pueden equipar dos tipos de freno: el freno de tambor y el de disco. El primero es el más veterano, pero sigue siendo utilizado para reducir costes. De hecho, en los coches nuevos solo lo podrás encontrar en el segmento de los utilitarios y los urbanos, mientras que el segundo podrás hallarlo de serie a partir del segmento de los compactos. 

Los dos tipos tienen una composición totalmente diferente. Los elementos más importantes del freno de tambor son: el propio tambor de freno, cilindro del freno de la rueda, pistón de freno, muelle de la cuña de ajuste, zapatas y plato portafreno, mientras que de entre el del segundo destacan: el disco de hierro fundido, las pinzas y las pastillas de freno.

El freno de tambor tiene una serie de ventajas. Además de ser más ligero, menos costo y tener más vida útil, su mecanismo está protegido de la suciedad y la humedad. Asimismo, responde sin retardo cuando llueve, ya que las pastillas no se tienen que secar primero. Pero no todo son ventajas; se calienta antes, puesto que no tiene ventilación –incluso los refrigerados por branquias- y la eficacia de la frenada varía según la temperatura y la humedad del aire en hasta un 20%.

 

 

El freno de disco, el más moderno de estos elementos del sistema de frenado, se desprende muy bien del calor generado por la fricción de las pastillas con el disco. También es más compacto y enérgico, por lo que la distancia de frenado se reduce. No podemos olvidar que tiene menos ‘fading’ (pérdida de eficacia en la frenada tras un uso prolongado) ni que trabaja de forma más uniforme, hecho muy importante para los sistemas de regulación electrónicos, como el ABS o el ESP.

 

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