El agua es el enemigo número uno del sistema de enfriamiento, puesto que tiene un punto de ebullición muy bajo que causa la oxidación de las piezas internas del motor, como las camisas que recubren las cámaras de combustión, lo que provoca la cavitación o picadura de estas piezas, deja fugarse el líquido y permite que se escape el vapor.
El peor tipo de agua que podemos colocar dentro del radiador es la de los ríos, que contiene altos niveles de minerales y químicos que lo han contaminado, incrementando el poder de oxidación de las piezas.
Los lodos de óxido obstruyen los conductos del sistema lo que hace que la temperatura del motor se dispare, creando un alto riesgo de que se funda. El calor en el motor también se puede incrementar cuando estos residuos se adhieren al termostato y lo oxidan, impidiendo que perciba correctamente la temperatura a la cual debería liberar el líquido y atascando su mecanismo.
RECOMENDACIONES DE SERVICIO
Utilice refrigerante del tipo que sugiere el fabricante y en la medida exacta de mezcla que indica, para que todas las piezas del motor alcancen el máximo de vida útil, para el cual fueron construidas y se evite gastos prematuros de mantenimiento. Cámbielo por completo cuando llegue al tiempo o kilometraje máximo recomendado; rellenar con refrigerante nuevo la mezcla anterior hace que su composición química se contamine y pierda las propiedades que se supone debe tener.
Revisar que las laminitas del radiador no estén obstruidas, dobladas o dañadas para que el aire fluya libremente a través del panal y que los tanques no tengan señales de rajaduras y fugas.
Una prueba de presión del sistema puede detectar fugas o que el tapón del radiador ya no sella correctamente.
Se debe revisar la faja del ventilador y reemplazarla periódicamente. Si utiliza fajas múltiples todas deben reemplazarse por otras de la misma marca o fabricante aunque sólo sea una la que presente irregularidad. La faja debe tener una tensión mínima de 10 mm.
La bomba de agua también debe ser monitoreada y cambiada en los límites de su vida útil para asegurar la fluidez del líquido a través del sistema. Los problemas en esta bomba se pueden detectar por pérdida de líquido por causa de rajaduras o zumbido por daño en el cojinete o sello.
Las mangueras deben revisarse con frecuencia y reemplazarse al menor síntoma de tostadura o rajadura o por el contrario, si está blanda o flácida, para que no permita la fuga del líquido o vapor.
Esté pendiente del termostato y cámbielo cuando sea necesario para optimizar el lubricante e impedir el desgaste de piezas como los pistones y la culata por fricción innecesaria.