Caminos del Inca es la competencia automovilística por excelencia del Perú, su desborde de adrenalina y pasión hace que los pilotos le dediquen tiempo y dinero para ser parte de la inigualable prueba. Sin embargo, muchos de ellos han visto el fin de sus vidas en plena competencia y aquí los rememoramos como ellos lo habrían soñado, como mártires de los fierros.
Emilio Fort y Alejandro Ortiz (1969)
Emilio Fort y su copiloto Alejandro Ortiz dejaron de existir durante el IV edición de Caminos del Inca. Tripulando un Ford Escort, ‘De colores’ (el seudónimo que le gustaba utilizar) cayó por el abismo al Río Mantaro en la ‘Curva del diablo’, cuando se encontraban en la etapa Huancayo – Ayacucho. El vehículo quedó colgado de un árbol, mientras que el cuerpo de Ortiz jamás fue hallado.
‘El Pollo’ Gonzáles y Kike Zúñiga (1973)
Sobre un Volkswagen pintado de amarillo, ‘El Pollo’ Gonzáles y su navegante Kike Zúñiga se accidentaron en Pasamayo, cayendo al Río Mantaro cuando también disputaban la etapa Huancayo – Ayacucho. Para dicha edición, Gonzáles iba a ir como copiloto de Humberto Roca, pero por indecisiones sobre el auto que usarían, registró a Zúñiga como su acompañante.
Pepe Llona y Julio César Repetto (1977)
Cuatro años después, la carrera volvía a ponerse de luto cuando Pepe Llona y su copiloto Julio Cesar Repetto murieron durante el recorrido de la primera etapa de Caminos del Inca, justo antes que la tripulación llegue a La Oroya.
Esteban Quispitupa (1999)
El cusqueño Esteban Quispitupa marchaba en sexto lugar cuando estrelló su Toyota Corolla contra un cerro entre Camaná y Atico. Con solo 22 años de edad perdió la vida, mientras que su acompañante Orestes Marmarillo, logró sobrevivir pese a la fractura de varias costillas.
Abraham Ortega (2009)
Ortega es la última víctima durante el desarrollo de una edición de Caminos del Inca. Cuando se hallaba entre Arequipa y Lima (quinta etapa), el Subaru Impreza que llevaba se despistó a la altura del kilómetro 730 de la Panamericana Sur y cayó al mar, a unos 50 metros. Coincidentemente, fue en la misma zona donde pereció Quispitupa. Su copiloto, Tomas Calla, sufrió la fractura de un brazo, pero logró sobrevivir.