El 22 de noviembre de 1963 fue un día que quedó marcado en la historia norteamericana. El presidente John F. Kennedy fue asesinado a bordo de su Lincoln de placa GG-300 a manos de un francotirador. Hoy el recuerdo de esa fecha se hace presente con la venta de las placas de ese auto al que muchos llaman “maldito”.
Las matriculas fueron subastadas en 100 mil dólares y para ser francos, es un elevado costo para un par de placas, pero el precio no es nada que no se halla visto antes. Las matriculas del Lincoln llevaban los números y letras GG-300 y fueron desechadas luego de analizar el vehículo tras la muerte del presidente.
El trabajador encargado decidió guardarlas y antes de su muerte las heredó a su hija, quien las mantuvo a buen recaudo hasta ahora. La casa de subastas Heritage fue la encargada de ponerlas a la venta asegurando que son 100% reales. Estas fueron adquiridas por un coleccionista de “alto nivel” de la familia Kennedy.
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