Mantenimiento al sistema de suspensión

Mantenimiento al sistema de suspensión

¿Realmente es necesario?

Ante la duda, siempre es cierta la afirmación más barata. Entonces “si lo han quitado, es que no hace falta” se convierte en el mandamiento nº 12 del manual del buen motero . Nada más lejos de la realidad. Los fabricantes entienden que, en caso de romperse los retenes de las barras, es necesario sustituir el aceite.

Esto puede ocurrir en 6 meses, dos años… o seis años. ¿Pero por qué es necesario? Veamos qué le ocurre al aceite durante el funcionamiento y qué “daños colaterales” puede sufrir una suspensión en caso de no realizar un mantenimiento adecuado.

Energía.

 Cuando encontramos un bache, se consume una cierta energía en comprimir el muelle de la suspensión. Este muelle “almacena” esa energía para luego liberarla durante la carrera de extensión. La amortiguación, basada en hacer pasar aceite a través de orificios de distinto calibre o un complicado conjunto de láminas, convierte la energía cinética almacenada por el muelle en fricción viscosa. La fricción convierte esa energía en calor. Este calor generado afecta al aceite, y aunque hoy en día hay aceites que soportan muy bien las altas temperaturas, acaban por degradarse. Estos aceites, formulados sintéticamente, constan de una serie de cadenas de polímeros. Cuando se degradan pierden su índice de viscosidad original. Al cambiar la viscosidad, la amortiguación sufre un cambio de comportamiento perdiendo las características iniciales. Asimismo el aceite recoge contaminación interna de los componentes de la suspensión, tales como óxidos de aluminio y partículas externas que hayan podido entrar por los retenes.

Esta contaminación recogida por el aceite, circula por los pasos calibrados de aceite o conjunto pistón-láminas. Si se modifica el tamaño de los pasos de aceite, se modifica el caudal y consecuentemente las prestaciones de la suspensión en global. Agrandando los orificios y cambiando, también, las características de la suspensión de manera irreversible. Esto ocurre cuando “se nos olvidó” cambiar el aceite durante 4 años y ahora, que se lo hemos cambiado, sigue sin funcionar como cuando era nueva.

 Mantenimiento de la Suspensión.

Visto lo visto, y teniendo en cuenta que los amortiguadores son recargables, la degradación del aceite es progresiva y que nos vamos acostumbrando a ella, es conveniente hacer mantenimiento de las suspensiones cada cierto tiempo para que no se produzcan “cambios irreversibles”. A mayor asiduidad mejor, pero sin que nos dejemos el sueldo en ello… ¿Cada cuánto es recomendable entonces? Depende del uso que se le dé. En competición, donde el uso es exhaustivo y el aceite se calienta a muy altas temperaturas (más que circulando por carretera), es recomendable cambiar el aceite cada 6 meses y los retenes cada año. Esto, que puede sonar un poco exagerado ya es demasiado para los profesionales de la competición.

 

Para un uso en circuito amateur, donde las temperaturas de funcionamiento no son las mismas, es recomendable cambiarlo una vez al año.

  

Para uso en carretera, haciendo unos 12.000km al año es recomendable cambiarlo, como mucho, cada dos años.

 No hay que olvidarse de los retenes. No son más que juntas de goma. Con el tiempo, estas juntas se endurecen, pueden aparecer pérdidas de sellado (con la consecuente pérdida de aceite) amén de provocar un mayor rozamiento contra la barra interna (mayor temperatura de funcionamiento) y permitiendo la entrada de mayor cantidad de elementos externos (mayor degradación si cabe). Con todo ello se llega a un punto en el que la amortiguación hidráulica “desaparece” y solo queda muelle; como en las antiguas suspensiones.

 

 

 Editado: Lic. Juan Rafael, Vílchez Sánchez.

 

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