Muchas veces al iniciar la compra de un auto no tenemos en claro las diferencias que existen entre modelos y marcas, lo mismo nos sucede con el tipo de motor que tendremos, ya sea el tipo de mantenimiento o el tipo de combustible que utilice.
Inicialmente tener en cuenta el mantenimiento que se debe realizar al motor, en ambos casos sea un motor diésel o un motor a gasolina, para cuidar las piezas internas de este, recordemos que estas se lubrican con aceite y también está protegido por filtros, una vez que estos se saturan de microcuerpos tóxicos, es decir se obstruyen por suciedad, no permite realizar un buen filtrado teniendo como efecto que las piezas internas del motor se desgasten y deterioren mucho más rápido. Es recomendable realizar un mantenimiento a los 5.000 kilómetros y 10. 000 kilómetros.
Ahora si hablamos de un mantenimiento entre un motor a gasolina y un motor diésel, este nos sale más económico en la primera opción, ya que a diferencia del gasolinero el motor a petróleo jala mucho más aire y la relación de compresión es mucho más rápida, lo que ocasiona que el filtro de aceite y filtro de aire tiendan a obstruirse en menor tiempo, una vez que se sature el filtro de aire entrará mucho menos aire y más combustible entonces la reacción que va a ocasionar es que emane humo negro.
Por otro lado, en el motor gasolinero dependerá del octanaje del combustible, a mayor octanaje será mejor el funcionamiento del motor, ya que resiste mejor la compresión y no pistonea el motor además de ser mucho más limpio, en el caso del diésel el petróleo es uno solo ahí la diferencia estará en el mantenimiento anticipado de pendiendo la forma de trabajo y trayectoria que realice el auto.
Fuente:
Supervisor de Mecánica Luis Sotelo.