Dejar de usar un auto por mucho tiempo genera problemas al momento de ‘revivirlo’.
La creencia de guardar un automóvil o usarlo de vez en cuando ayuda a mantenerlo en buen estado es una creencia que ronda en muchas mentes; pero, en realidad sucede lo contrario. Veamos el por qué.
¿Qué pasa con el motor?
Si no prendemos el motor por lo menos dos o tres veces al mes, los pistones pueden oxidarse, partirse o pegarse. Además, podría perder estanqueidad, producir fugas y la pérdida de sus propiedades.
¿Y el sistema de dirección?
Requiere de la circulación de aceite constante, necesita lubricarse y la cremallera y la bomba requiere estar en buen estado; por lo tanto, mantenerlo demasiado tiempo sin usarlo, puede resecar o debilitarse.
¿Y qué sucede con los frenos?
La humedad del ambiente no es un aliado de los frenos ya que contribuye a la oxidación de los discos y otras piezas. Así que por el hecho de no usar los frenos eso no significa que el líquido de frenos no necesite un recambio. Obviamente esto ocasiona un gasto extra.