Es insaciable. Su sed de triunfo no tiene fin, y de nuevo lo ha demostrado este fin de semana en Los Ángeles, donde ha triunfado en su primera participación en los 'X-Games', los Juegos Olímpicos de los deportes extremos. Sebastien Loeb se ha impuesto en la cita norteamericana por delante del ídolo local, Block.
Lo cierto es que Loeb no tuvo excesiva oposición. El accidente sufrido por Marcus Gronholm el sábado, tras el que tuvo que ser sacado de su Ford Fiesta y trasladado al hospital desde donde vio las carreras por televisión, y el también temprano abandono del hombre que más veces ha ganado los X-Games, Travis Pastrana, por otro accidente, dejaron el camino libre al francés.
Al volante de su Citroën DS3 XL, denominado así por su mayor tamaño y por su elevada potencia, 545 caballos, Loeb no dio opción a sus rivales. Block se tuvo que conformar con la medalla de plata y Brian Deegan, el compañero de equipo de Gronholm en el campeonato de Estados Unidos de Rallycross, con la de bronce, que le dedicó.
Loeb tampoco se olvidó de Gronholm y reconoció al terminar: "Es difícil disfrutar de esta medalla de oro porque mi principal enemigo está en el hospital. Los dos teníamos muchas ganas de volver a competir juntos y es una pena lo que le ha ocurrido". El francés lleva ganados cinco de los siete rallys del Mundial y también triunfó en la Copa Porsche en su única participación en Pau.
